domingo, 12 de noviembre de 2017

Calendarios mexicanos: imaginario decimonónico e identidad nacional

Imagen de un calendario
de señoritas.
La impresión de calendarios de costumbres y tradiciones inauguró en México la temprana era de los medios de masas. Ocurrió en la década de 1830, un periodo de muchos cambios en la prensa diaria en Europa y América, y es un hito en la historia de la comunicación en ese país por la preferencia que llegó a tener entre las élites sociales mexicanas. Un siglo después llegaría la época de oro del cine mexicano, otro momento clave en la historia comunicacional. Ambos fenómenos masivos serían determinantes en la identidad de los mexicanos. La reseña bibliográfica que se anexa al calce explora estos temas.

Imaginario decimonónico e identidad nacional
http://www.jornada.unam.mx/2015/02/01/cultura/a16n1vox

sábado, 11 de noviembre de 2017

La función de la hacienda en la formación de la Nueva España


La historiadora Alejandra Moreno Toscano dice que el siglo XVII fue el lapso en el cual se definen las principales estructuras de la Nueva España, particularmente la hacienda, que se consolida como su principal unidad de producción, básicamente para fines de consumo interno.
Restos de una bodega en la hacienda
de Tepetongo, en el estado de
Zacatecas. En el fondo, la torre
 de la capilla. Foto: GGEdelosM
Esta sucinta idea de la función de la hacienda en la formación de la Nueva España fue escrita por Moreno Toscano en la Historia Mínima de México, un libro publicado por El Colegio de México en la década de 1980 para dar al público en general un vistazo general de la historia de este país, desde los tiempos precolombinos hasta la segunda mitad del siglo XX.
Relata ahí, Moreno Toscano, que los agricultores ricos del virreinato se percataron de la necesidad de crear un centro de producción agrícola que les permitiera sacar provecho de las condiciones adversas de la geografía y el mercado. La mayor parte del territorio carecía de tierras irrigadas naturalmente por ríos o lagos, lo que hacía difícil la labranza. Al mismo tiempo, la existencia de dos tipos de comunidades, una española y otra indígena, limitaba las posibilidades de venta de la producción de la hacienda, puesto que los indígenas en el siglo XVI y XVII practicaron el autoconsumo.
Vista parcial de una parcela rural en torno al templo
católico de Noria de Ángeles, una ex-hacienda convertida
en una municipalidad del estado de Zacatecas.
Foto: GGEdelosM
Fue en ese contexto en el que se vio la posibilidad de implantar las haciendas, que se ocuparan de la siembra de granos en tierras de temporal y de la ganadería en zonas extensivas de pastoreo, especialmente en los agostaderos de las partes bajas de las montañas.
El sistema de haciendas requirió de tiempo, un largo “proceso de formación y adaptaciones sucesivas a las condiciones de la economía colonial”, porque existía un mercado reducido para los cereales que producían las haciendas, limitado a los españoles, los mestizos de las ciudades, los trabajadores de las minas y las bestias de carga y tiro. Los indígenas no se incorporaban a ese mercado porque consumían el maíz que producían para sí mismos. Así fueron armadas las bases económicas de la Nueva España.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Un viajero italiano en México en el siglo XVII


En el acervo de la biblioteca del Archivo General de Indias (AGI) hay un libro titulado Le Mexique a la fin du XVIIe siecle vu par un voyager italien. Fue escrito por un aventurero nacido en la población de Radicen, en Calabria, que fue bautizado con el nombre de Gio Francesco Gemelli Careri; se ocupó como jurisconsulto y en 1699, cuando se publicó su obra testimonial, tenía 48 años.

El libro en posesión del AGI fue llevado al mercado por la editorial francesa Calmann-Levy, en 1968. Careri dio una vuelta al mundo de 1693 a 1698. El relato de hechos publicado a su retorno en Nápoles, en seis volúmenes, fue uno de los acontecimientos literarios de su tiempo. Hubo al menos siete ediciones del libro entre 1700 y 1728. Fue traducido al inglés en 1704 y al francés en 1719.

Ce que les meilleurs esprits europeens connaisesent de l'Amerique espagnole, au XVIIe siecle, leur vient de la lecture d'un petit nombre d'auteurs, toujours le memes. Les lettres de Chapelain, vers 1640, citent Gómara,(1) Herrera, Garcilaso de la Vega.(2)

Careri llegó a Nueva España procedente de Filipinas. Entró por Acapulco, siguió a la ciudad de México y luego visitó Pachuca y Puebla. En Pachuca se interesó particularmente por las minas. Zarpó de Veracruz a La Habana y finalmente a Cádiz. Su libro desarrolla principalmente su estancia en México. De la página 79 a la 87 describe el puerto de Acapulco, como centro comercial muy activo, con negros, mestizos, mulatos. Habla de embarcaciones que llegan de Perú y de China. Dice que las de Perú se anclan en "Marquis, dont le fond est bon et profund, ou se rendent ordinairement les vaisseaux du Perou qui ne peuvent entrer dans Acapulco a cause de merchandises de contrabande, et que les vendent en cet endroit.

Pasó por Cuernavaca y luego por Huitzilac, donde los habitantes hacen "de bon pulque, liqueur qu'ils font fermenter avec de certaines herbs..."

Describe su entrada a México "después de haber pasado otra guardia de la aduana, "un chaussé faite sur le lac":

Mexico peut avoir cent mille habitantes, mais la plus grande partie noirs et mulates, a cause de tant d'esclaves qu'on y a amenés.(3)
En fin, il faut avouer que Mexico est une tres bonne ville, puisq'on voit tout le long de l'anée dans son marché de fleurs et de fruits de toutes les especes.(4)

De la página 178 a la 183, el autor describe los funerales de doña Fausta Dominga Sarmiento, "petit-fille au cinquieme degré de l'empereur Montezuma", mort le 16 july, 1697.


Notas
1) Francisco López de Gómara, un escritor español, describió la ciudad de México del siglo XVI con base en los relatos de viva voz que tomó de Hernán Cortés.
2) P. 83.
3) P. 96. No sería descabellado suponer que en este punto pudo haber habido un error de redacción, puesto que la información disponible en la historiografía general no da cuenta de que negros y mulatos fueran mayoría entre los pobladores de la capital del virreinato. Posiblemente quiso referirse a indios y mestizos.
4) P. 98.