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La casa grande de la hacienda de
Trancoso, en el estado de
Zacatecas,el 24 de abril de 2016.
Fotos: GGEM |
A diferencia de viejas haciendas de Zacatecas, donde hay emplazamientos desde el siglo XVI, la de Trancoso fue construida a mediados del siglo XIX por el industrioso miembro de una familia zacatecana de la élite decimonónica, los García Salinas.
Este enclave económico, situado en medio de una región esteparia, semiárida, donde abundan las piedras y los cactus, fue levantado con una proyección económica orientada a la agricultura y la ganadería. Este complejo tiene además un sistema de defensa y seguridad que se hace evidente en el templo católico que sobresale a la distancia y desde cuyas torres se domina la comarca.
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El bebedero con el mausoleo del
fundador de la hacienda
García Salinas. |
El conjunto dispone de un sistema de captación de las escasas aguas de la zona para abastecer a los peones, el maestro, el administrador y las familias de todos ellos, que pudieron ser unas 250 personas en total.
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La tienda de raya. |
El casco de la hacienda contaba con todas las obras necesarias para el impulso del progreso, como los almacenes de granos, las áreas para el manejo de ganado, las caballerizas y un bebedero de agua en el centro del complejo, con una sección para animales y otra para humanos. A unos cinco kilómetros tenía una fábrica. Desde luego, había una escuela, un área de administración, una tienda de raya donde los campesinos compraban sus víveres, la casa del administrador y la casa grande, propiedad del gran señor hacendado.
En el punto más alto del terraplén central de la hacienda, fue levantado la iglesia.
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El templo con su campanario de
cantera café y sus puestos
de vigilancia y defensa. |
El campanario de cantera café y la cruz alcanzan dignamente una altura de 40 metros, flanqueada por dos torres de vigilancia y defensa, algo inusual en estas edificaciones religiosas, desde las cuales se pueden ver los contornos de este valle ondulado.
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La garita y sus mirillas. |
Por las mirillas de 10 centímetros de ancho y 20 de alto se puede observar al horizonte sobre un radio de 180 unos cinco kilómetros en dirección norte, este y sur.
La hacienda sufrió un ataque de considerable magnitud durante la revolución, pero a pesar del acecho, la propiedad se mantuvo incólume hasta bien entrada la cuarta década del siglo XX, cuando la reforma agraria cobró fuerza y las haciendas terminaron por sucumbir y ceder terreno a ejidos, pequeñas y medianas propiedades.
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La oficina de
administración de la
hacienda. |
En los años 30, un levantamiento popular llevó a la fragmentación de la hacienda y a la repartición de la mayor parte de los inmuebles de la hacienda. Hubo represalias y muertos. El reparto agrario causó heridas y diferendos en la población que aún provocan ciertas incomodidades en la vida comunitaria. Los descendientes de las familias que alguna vez fueron propietarias hacen su vida hoy en las ciudades, dejando que la vida rural siga su curso. La casa grande seguía siendo una propiedad en 2016, cuando fueron tomadas las fotos que aquí se muestran.
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Mirilla en la torre del templo. |
Esta hacienda de Trancoso tenía una extensión enorme y su historia sintetiza una parte de la vida de México en los siglos XIX y XX, que va de los difíciles años de la construcción de la nación, después de la independencia a los tiempos presente.
En los años que el gobierno posrevolucionario aceleró la reforma agraria, un grupo de campesinos que reclamaba la repartición de la propiedad se levantó en armas y una docena de ellos murieron en la represalia.
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La casa del administrador, convertida
en la notaría parroquial. |
Al llegar el siglo XXI, la comunidad de ejidatarios y pequeños propietarios agrarios que siguieron hacienda su vida aquí, después de la repartición y desmantelamiento de la hacienda de Trancoso, se convirtió en el municipio 56 del estado de Zacatecas y en el pueblo se evoca todavía hoy la memoria de aquellos que se alzaron en armas. Una fuerte herida en la historia de esta recia gente de campo.
Un partido que recogió en su ideario los principios de justicia, democracia y republicanismo, al que se le considera de izquierda y se le conoce como Partido de la Revolución Democrática, fue el primero en gobernar el nuevo municipio. La hacienda es hoy el núcleo de esa municipalidad, el mercado se pone los domingos y las familias van a misa del mediodía.