Mucho antes que la fotografía, la pintura sirvió de lienzo para la representación de grandes acontecimientos. Una obra significativa de esa mediación es La consagración del emperador Napoleón I y la coronación de la emperatriz Josefina en la catedral de Notre Dame el 2 de diciembre de 1804, obra de Jacques Louis David (1748-1825), uno de los pintores que construyeron la narrativa iconográfica de la gran Revolución Francesa del siglo XVIII.
Este cuadro de gran formato es famoso por haber captado el momento en que el mismo Bonaparte se ciñe la corona, dejando a la jerarquía eclesial católica como simples espectadores. David, un artista de fino pincel político y una suerte de olfato periodístico, reconstruyó el hecho tres años después, sin perder detalle de un momento en que el Estado fijaba pragmáticamente límites en su relación con la Iglesia. Colección de arte francés del siglo XIX, Musée du Louvre, París, 20 de octubre de 2023.